Se estima que el lenguaje humano "moderno" ha acompañado a la humanidad por lo menos durante los últimos 100.000 años. Desafortunadamente, la evolución histórica de las lenguas está a menudo poco documentada, y los registros no van más atrás en el tiempo que el momento en que se introdujo la escritura. Además, muchas de las lenguas del mundo no tienen un registro escrito que nos permita reconstruir esta evolución temporal.
Las causas que producen los cambios lingüísticos han sido estudiadas desde el nacimiento de la teoría lingüística moderna a finales del siglo XIX. Se cree que estos cambios se deben a dos tipos de procesos: verticales y horizontales. Por una parte, los cambios que se producen a medida que el lenguaje se va transmitiendo de padres a hijos se describen como verticales (intergeneracionales), mientras que los cambios que se producen por la influencia de una lengua o varias lenguas vecinas se describen como horizontales (a través del contacto entre lenguas geográficamente cercanas).
Un equipo interdisciplinar de científicos, entre los que se encuentra Tobias Galla del IFISC (UIB-CSIC), ha publicado un artículo en Science Advances titulado " Geospatial distributions reflect temperatures of linguistic features" en el que proponen y analizan un modelo de evolución lingüística. Su modelo describe tanto los procesos verticales como los horizontales, y a partir del modelo definen la "Temperatura Lingüística" como la relación de errores en la transmisión y el número de veces que una característica se copia fielmente. Es decir, la temperatura lingüística es una medida de lo propenso que es un rasgo lingüístico a sufrir cambios.
El trabajo publicado Galla y sus coautores simularon la evolución de diferentes características lingüísticas. Utilizando estas simulaciones, análisis matemáticos y datos recogidos en el Atlas Mundial de Estructuras del Lenguaje (WALS), los investigadores estimaron empíricamente la temperatura lingüística de diferentes características tales como partículas interrogativas, números ordinales, consonantes uvulares y construcciones pasivas. El análisis se basó en la regularidad de la distribución de los rasgos entre las lenguas del globo, por ejemplo, algunos rasgos aparecen en patrones agrupados en el espacio, y otros están más dispersos.
Este tipo de modelos computacionales se vienen utilizando ampliamente en otros campos como la modelización de dinámicas de opinión en ciencias sociales, o la evolución genética en la biología; este trabajo establece un paso más en la utilización de métodos que van desde la física estadística hasta los problemas en las ciencias sociales computacionales.
Geospatial distributions reflect temperatures of linguistic features. Henri Kauhanen, Deepthi Gopal, Tobias Galla and Ricardo Bermúdez-Otero. Science Advances 01 Jan 2021: Vol. 7, no. 1, eabe6540. DOI: 10.1126/sciadv.abe6540